GREG REKUS + MIKE NOEGRAF + 10 STRINGS

Crónica del concierto

Fecha: 24/04/2015

Sala: MungiRock, Mungia

"Punk's not dead" dicen los seguidores de ese género musical tan primitivo como indispensable para entender el Rock. Nosotros no sabemos si el auténtico punk ha muerto o no, pero lo que es cierto es que sus numerosos subgéneros están mas vivos que nunca.

Entre esos subgéneros, puede destacarse el caso del punk acústico, un valor en alza en los últimos tiempos. Prueba de ello es Greg Rekus, cabeza de cartel del concierto que habíamos preparado para ese día. Militante de la banda de skate punk High Five Drive, en este caso el canadiense venía acompañado de su desgastada guitarra acústica y su tablón-stompbox. Pero, comencemos por el principio...

El joven dúo local "10 Strings" ya nos había dejado boquiabiertos cuando coincidimos por azar en una actuación en un bar de Mungia. Automáticamente pensamos que tenían que tocar en un concierto de Azken Zarata, su virtuosismo y su juventud eran razones más que suficientes para ello. Un bajo, una guitarra y algo de voz bastaron para deleitarnos con jam sessions de blues y jazz así como con eclécticas versiones. A destacar la técnica slap del bajista así como la riqueza de los solos del guitarra. Lástima que finalmente no tocasen ese tema con colaboración femenina a las voces que sí que pudimos disfrutar durante la prueba de sonido.

Como compañero de gira de Greg Rekus tuvimos también a Mike Noegraf, cantautor francés de toque más intimista. Distante al principio pero muy amable en el trato, este padre de familia era la personificación de la pasión por la música. Nos deleitó con sensibles canciones así como con animados himnos deudores del punk mas melódico, eso sí, manteniendo siempre una calidad abrumadora. Recomendamos la escucha de su trabajo Safe & Sound ya que, al menos a un servidor, le tiene totalmente enganchado.

Llegó la hora de que el pequeño canadiense tomase el escenario. Desde el primer momento nos dimos cuenta del rodaje que Greg Rekus tiene en esto del directo. Conectando con el público desde el principio, fue recorriendo su repertorio que, en caso de haber sido en formato eléctrico, perfectamente habría encajado en un disco de punk rock que tanto éxito obtuvo a finales de los 90 y principios de los 2000. Tampoco podemos dejar de lado esa especie de peana de madera con panderetas sobre la que descargaba furiosos pisotones, creando así una percusión que acompañó a su guitarra y a su rasgada voz durante todo el concierto. El final apoteósico llegó con un Greg Rekus tirado por el suelo, girando en círculos sobre un costado y sin parar de tocar la guitarra. Pequeña estatura pero alto voltaje.